viernes, 15 de enero de 2016

CÓMO DEJAR DE PELEAR EN LA PAREJA Y SALIR GANANDO

COMO DEJAR DE PELEAR EN LA PAREJA
O
CÓMO PELEARTE CON TU PAREJA Y SALIR GANANDO

Una de las principales razones por las que un matrimonio no funciona son las peleas, derivadas de
decenas de incidentes dolorosos  que no se han podido dejar atrás, que traen discusiones interminables, que duran toda la noche y que salen una y otra vez en diversos momentos, se habla de esos incidentes tantas veces que cuando estamos  en la discusión, pareciera que escucháramos un disco rayado y cada vez es más cansado pasar por lo mismo.
La calve en todo esto es: SABER PELEAR, y para trazar este argumento me robaré una idea de Poul Watzlawik, plantea que en una discusión exciten 4 alternativas: “yo gano = la otra pierde”, “yo pierdo = la otra gana”, “las dos perdemos” o “las dos ganamos”.
Pero en una relación de pareja, si yo gano, o la otra gana, entonces todas perdemos, porque tú y yo sabemos que si la otra o el otro está mal o siente que perdió, nos hará la vida imposible, o estará tan desacreditada que será infeliz y siendo alguien que amas, que ella sea infeliz no hará felices a ninguna de las dos, de tal manera que la única forma de ganar es si las dos ganamos.
Esto me lleva a una idea crucial en el tema de como pelearse en una discusión de pareja y salir ganado, el problema no es ella, el problema está fuera de la relación fuera de ustedes, la otra no es el enemigo, no tienes que vencerla, no tiene que quedar noqueada diciendo: “si tu tienes razón y hago lo que me pidas”, el problema esta afuera, y juntas, y solamente juntas, podrán enfrentarlo y estar en unas situación de salir ganando las dos.
Porque si solo gana una, las dos pierden.
Entonces viene otro punto trascendental, no importa en que está la otra, no importa que hizo, o como lo hizo, si estás ahí tratando de solucionarlo es por algo, y yo quiero pensar que es por amor, porque algo en ella vale la pena, mucho más que lo que hizo o no hizo, lo que dijo o dejó de decir.
A menos de que se trate no de amor, sino de venganza, me la paga porque me la paga, pero en esta venganza, te arrastras a ti misma a un infierno, y entonces me pregunto: ¿para quien es el castigo?, ¿para ella o para ti?, quedarse solo para tener la razón o para vengarse, es como encerrarte en una prisión con tu peor enemigo o con un monstro mitológico de esos que tienen serpientes babosas en la cabeza, tienen 3 cabezas, huelen feo y son profundamente malos, mientras la llave está en tu mano, ¡simplemente salte!!
Si al leer esto tu respuesta es que has intentado irte mil veces, y no te quedas ni por amor, ni por venganza, si me dices que es por necesidad, una necesidad que no comprendes  y que te hace daño, y que reconoces que estás dentro de una relación enfermiza o enferma, que no se basa en el amor, entonces no sigas leyendo este artículo, pide ayuda, con alcohólicos anónimos, con el sacerdote que te presentó la prima Lilia, ve la retiro,  o ve a terapia, tu problema no es que no sepas pelear, es algo mas complejo y necesitas hacer cambios profundos en ti.
Pero si no estamos hablando de esto, ni de dependencia, orgullo o venganza, entonces si que estamos hablando de que independientemente de los errores y defectos de tu pareja, ella vale la pena, y la quieres, la amas, si es así, puedes hacer algo que cuesta mucho y duele, pero es necesario
Tienes que aceptar que ella tiene razón, primero ante ti y luego ante ella, humildemente te doblegas y dices tienes razón, y dices en que, no valen las palabras de dientes para afuera, tiene que ser de corazón, de la panza, debe ser congruente, una frase que me encanta es que: “esta persona me cae tan bien, la quiero tanto, me gusta, le amo tanto, que estoy dispuesta a aceptar que… y a ceder en… a olvidar que… a pasar por alto… simplemente porque la quiero y me dolería mucho que se fuera, mucho más que acepar, ceder en, olvidar y pasar por alto”.
La idea es centrarte en que le amas, es con esta idea que debes entrar en una discusión, si no contactas con esta emoción, no habrá manera de conciliar o arreglar un problema, entrarás en una jaula de pelea a muerte.
Pero antes de enfrentar la pelea es importante hacer mucho trabajo interno, antes de decir la primera palabra frente a ella es necesario tener claros los sentimientos y las ideas, por ello te sugiero que lleves a cabo los siguientes pasos.
Yo sé que en ocasiones el enojo no se puede controlar o no avisa, pero después de la pelea, una vez calmadas, puedes llevar a cabo los siguientes pasos para intentar que el tema no salga en cada pelea durante los siguientes 20 años, simplemente cerrar el tema y resolverlo.
No son una receta, toma lo que te siente bien y si me falta algo mándame un mail para agregarlo.
1.       Pelea, no se te ocurra evadir el problema para evitar discusiones, por no pelear, esto lo único que acarrea es que no se resuelva el problema y brote una y otra vez, además no se olvida se queda dentro de ti haciendo daño y un día por que la mosca voló explotas y salen las miles de cosas que no haz dicho.
2.       No pelees de mil cosas céntrate en una sola, y ve preparada para no salirte del tema, si peleas de toda la relación y de como está todo, no terminarán nunca, toma lo más importante o lo actual, hoy nos pelearemos por las llaves, pues céntrate en las llaves, no saque el sexo, el día del padre, cuando se casaron, las fotos y la llamada, todo el mismo día.
3.       La pelea no debe estar centrada en destruir a la otra, no es una guerra, se trata de tu pareja, a la que amas y con quien quieres pasar momentos hermosos, si la destrozas no llegaras a nada, por eso antes de pelear debes hacer mucho trabajo interno.
4.       ¿Qué es lo que estoy peleando? Si estas discutiendo porque pasó la mosca, debes tener cuidado, puede ser que no sea eso lo que te enoja sino otras cosas, por ejemplo:
“Una pareja peleaba incesantemente por celos, las llamadas, las emboscadas, y revisar el celular eran el pan nuestro de cada día, así como las discusiones interminables, ambos estaban desgastados y tristes porque en realidad se amaban mucho. Al indagar un poco en la situación, el problema no eran precisamente los celos, entre varias situaciones importantes se encontraba un evento terrible con uno de sus hijos, al trabajar este tema de manera abierta en terapia, pudieron manejar mucho mejor las discusiones y los celos.”
Parece muy simple pero a veces no lo es, estamos tan inmersas en nuestros sentimientos e ideas, que no logramos ver que nos pasa en realidad;  por eso muchas veces es necesario que alguien más te ayude a descifrar que es eso que te tiene discutiendo, peor independientemente de que puedas buscar ayuda, vale la pena y es necesario que un día te sientes a pensar… ¿de que estoy enojada?, ¿en realidad de que peleo?
Un tip al respecto, es que si te estás peleando por los pañuelos, no le des vuelta a lo mismo, por ejemplo: ¿de qué estás enojada?,  - por los pañuelos, pero ¿qué de los pañuelos?, - porque los moviste, ¿pero solo por unos pañuelos?, - , pero son una tontería, - es que los moviste.
Vamos bien, pero ¿qué significa que ella moviera los pañuelos? Tienes que pasar al siguiente nivel, es decir buscar el sentido auténtico de tu enojo, por ejemplo me enoja lo de los pañuelos porque cuando los mueves me parece que no me respetas, que no me ves, que mis cosas no son importantes para ti, no son los pañuelos es algo más.
Es decir un abrazo es un acto, pero es simbólico, con un abrazo podemos decirle a alguien te amo, lo mismo los pañuelos, es un acto pero simboliza algo más, ¿qué?
Pero también puede ser que descubras que no son los pañuelos en sí mismos, que es algo más y el acto simbólico no son los pañuelos sino la pelea en sí, pelear sirve para muchas cosas, desahogarnos, sentirnos poderosas, desesterarnos, es una forma de relacionarnos, es la manera de comunicarle al otro que nos interesa etc.
Por eso puede ser que la respuesta no esté en tu pareja sino en ti, peleo porque estoy triste porque mi mamá, peleo porque estoy aburrida de estar en casa, peleo porque…
No quiero decir que el problema sea tuyo, solo te planteo que es importante definir que es en profundidad lo que te hace discutir.
Mi intención es instarte a ver más allá de los pañuelos, revisar más sentimientos que el enojo y más significados en la caja de Kleenex o en la pelea en sí, de esa manera le das más elementos a la otra persona para entenderte y te da luz a ti misma sobre lo que te pasa.
Una vez que lo identificaste, debes revisar que necesitas para sentirte bien con eso, que puedes hacer tu y que le puedes pedir a tu pareja.
5.       El cómo pedir a tu pareja es un punto importante en este proceso, si tú le dices a tu pareja quiero que me respetes, es algo etéreo, poco concreto.
Respetar puede significar una cosa para uno y otra cosa para otro y si le dices quiero que me respetes, la otra persona puede responder frustrada y enojada que ella te respeta mucho.
Lo cual te puede frustrar porque precisamente le estás diciendo que no te sentiste respetada por lo de los pañuelos, así que tienes que decirlo con puntos y señales, de manera concreta, nada de abstracciones.
Muchas personas tienden a decir: pero es obvio, no se lo tengo que decir, ella debería saber, lo debería decir porque lo siente, no porque se lo pido.
Pero no es así, si sigues pensando de esa manera las cosas no cambiarán, la locura es repetir lo mismo una y otra vez, esperando diferentes resultados, es decir seguir con la idea de que ella debe saber y esperar diferentes resultados, ya demostró que no sabe, que no le nace, que no puede, que no tiene la lógica para hacerlo como tu esperas o te gustaría, como dictan las normas, la moral y el sentido común, acéptalo y dile exactamente lo que necesitas.
Y como te decía, pide cosas concretas y tangibles, incluso que puedas medir, por ejemplo: quiero que al llegar me des un beso, compra dos cajas de pañuelos, pide por favor, no te salgas de la casa, abrázame, habla conmigo, no me des la espalda etc.
6.       El siguiente paso sigue siendo un trabajo en solitario e interno, no se hace frente a tu pareja, es contigo, una vez que sabes que te pasa y que te gustaría, tienes que ponerte en los zapatos de la otra, tienes que hacerte la pregunta de los 64,000, ¿qué es lo que le pasa a la otra?, ¿Por qué lo hace?, si es necesario tienes que imaginarte con pelusas y contraseñas que es estar en la posición de la otra, y ver las cosas desde su perspectiva, solo así puedes llegar a entender y entonces genuinamente decirle:
Te entiendo, tienes razón en, me imagino que te sientes…, me equivoqué en…, lo siento, etc. Estas palabras tienen que ser sinceras, y deben existir, y es muy difícil que salgan del corazón si no has hecho este ejercicio.
Una forma de hacerlo es que imagines que dejas de ser tu por un instante, eres ella, tienes su edad, creciste con su familia, ya no te llamas Lola eres Sofía y fuiste tú la que entró por la puerta y agarró los pañuelos, de donde venías que sentiste, trata de imaginar. Otra forma es imaginar que eres tú pero invierte los papeles, eres tú con tus ideas tu edad pero entras por la puerta y agarras los pañuelos.
 A partir de que logras encontrar que motivó a la otra a hacer lo que hizo, es importante que deduzcas que es lo que ella necesita de ti, que podrías hacer para que las cosas cambien y ella se sienta mejor con lo que está pasando.
Uno de los errores cruciales en las discusiones es que entramos reclamando y decimos yo necesito, tú me hiciste, tiene la culpa, yo me sentí, eres idiota, etc. Pero falta la otra parte, yo te hice, me imagino que tú te sientes, me imagino que tú necesitas…
Por lo regular cuando en una discusión entras con estas ideas, la otra persona baja la guardia y muchas veces deja de ser una discusión para ser un diálogo.
Si haces este ejercicio y resulta que no ves en donde pueda ella tener razón y la única respuesta es que ella está genuinamente mal, y es ella la que debe cambiar si no las cosas no funcionarán, por ejemplo, ella es adicta (al juego, al alcohol, al sexo, etc.), ella es violenta (me golpea, me insulta, me roba constantemente etc.), tiene un trastorno mental y no quiere atenderse, etc.
No vale la pena discutir, ella en todos los casos está enferma y nadie puede hacer nada por ella más que ella misma, si te quedas será sabiendo que no cambiará y aceptándola toda tal y cual es, es decir, enferma, y tendrás que dejar de discutir, no llegarás a nada.
La otra opción es irte, sin importar cuanto le ames, su enfermedad te seguirá hiriendo, si te quedas es aceptando.

7.       Pero si este no es tu caso, si a quien tienes a lado si tiene razón en algo, está aceptablemente sana y es capaz de entender, pero por más que le explicas es como si no te escuchara o le hablaras en chino, vas bien, solo necesitas una traductora, y aprender ha hablar en su idioma, así como enseñarle tu idioma, las traductoras pueden ser amigas, la hermana, tu mamá, el sacerdote, la terapeuta… el inconveniente si es que si es una persona de la familia, puede empezar a meter la pata en la relación, te sugiero que sea alguien externo.
8.       Entonces viene la parte creativa, tienes que encontrar una solución creativa que involucre lo que tú necesitas con lo que ella necesita.
Para que una discusión sea buena, es cuando se termina, dejamos de discutir por eso, porque encontramos una solución, y no le toca a la otra buscar esta solución solamente, el 50% te toca a ti, así que no llegues solo con quejas, gritos insultos e interminables soliloquios en los que describes a detalle como la otra persona es terrible, no sirve del todo.
Decirle que te hizo daño está bien, quejarte está bien, pero la pelea no puede ser solamente eso, tienes que llevar una solución, plausible para ti y para ella, porque no se trata de que solo tú estés bien, se trata de que la pareja esté bien.
9.      
Prepara tu sándwich, ésta es una técnica en la que empiezas diciendo algo bueno, te entiendo, tienes razón, me disculpo, sigues con lago malo, me heriste, estoy triste, te equivocaste, grita y llora si lo necesitas y luego viene lo bueno, y sacas de la manga tus propuestas, vuelves a decir lo entiendo, dices yo necesito y terminas con y te propongo para solucionar esto…
Si es la primera vez que haces esto, tal vez la otra persona se saque de onda, puede ser que primero tengas que darle a leer el artículo o tener una plática previa sobre el tema, si no, no puedes esperar que la otra persona responda bien, puede ser todo esto un desastre, pero como lo hiciste diferente, te aseguro que las cosas también se modificarán.
Si es necesario, escribe lo que vas ha decir, ensáyalo frente al espejo, repítelo con tu amiga, con tu terapeuta o al aire y además escríbelo.
Estos ensayos sirven para que no estés tan enojada cuando lo digas, para que no te salgas del tema, para que seas clara y concisa y si te falta algo lo agregues.
10.   Escoge el lugar, la hora, el día, lleva practicado lo que vas ha decir, por lo regular las discusiones nos agarran donde sea, en la cocina antes de ir al trabajo, en la noche en el coche, mientras ella va manejando y está cansadísima, en la cama mientras están en una momento romántico, en el trabajo cuando tienes a tu jefe delante y ella no para de llamar, etc.
No dejes que la situación sea la reina, dale un día una hora, un lugar, especial, donde puedas tener un poco el control de la situación.
Si sabes que discutir en la casa a solas siempre lleva a algo peor, pídele una cita para discutir fuera de casa, en el parque, en un restaurant, si sabes que regresando de trabajar ella está más tranquila y receptiva, pídele que detenga el auto, habla con ella, si sabes que después de una fiesta en la que ella tomó, las cosas nunca funcionan, no discutas en esos momentos, no tiene sentido.
Pero en este afán de buscar donde cuando y como, no te duermas en tus laureles, no dejes pasar las cosas y ya, a menos de que sean tonterías, pero si no lo son, si te hieren demasiado, si es la tercera vez que pasa, si descubres que sigues enojada, háblalo, no importa si regresan de las vacaciones de ensueño, enfréntalo, prepara tu situación y despídete para siempre de ese problema.
11.   Si las cosas salen mal en la discusión no sigas de manera interminable, para, pide tregua, vente y pide ayuda.
12.   A veces no escogemos cuando nos vamos a enojar ni porque, así que platiquen antes que es lo que les calmaría en una discusión, por ejemplo, si ves que ya grité, dime me estás gritando, vamos a dejarlo hasta a aquí, no me vallas a dejar hablando sola eso me prende más, si me vez llorar, abrázame, si no sabes que decir siempre dime que me quieres etc.
Son tips que se pueden dar una a la otra para cuando una situación de pelea las sorprenda.
13.   Una sugerencia es que una vez que discutieron, ya sea que llegarán a una cuerdo o que pospusieran la pelea, hagan algo agradable después, juntas o separadas, entren la cine, jueguen bolos, reúnanse con amigas, vena su programa favorito, salgan con las bicicletas, paseen al perro, cambiar de escenario y de actividad hace que las cosas se acomoden y puede ser que la relación empiece a funcionar mejor.
14.   Por lo regular la gente después de una discusión deja de hablarse o no sabe bien que hacer, esto les dará una alternativa y volverá a abrir entre ustedes un puente que no solo es discutir.
Sé que a lo largo del artículo hable de pedir ayuda muchas veces, si llevas meses o años con los problemas y no los han podido resolver, no lo pienses más, busca ayuda.


Si es así, ayúdame a seguir escribiendo, te pido que le des difusión al artículo, me recomiendes como terapeuta o vengas a terapia,  le des a me gusta, hazme una propuesta de colaboración, o trabajo remunerado.
Me puedes escribir a sociedadequilibrio@yahoo.com.mx, llamar al 0445520718202, 5571575096 Celular del D.F. y zona conurbada, doy terapia en del D.F. y en Tecámac.
Gracias

Elena Vega

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Mi foto
Elena Vega Ortega Soy psicóloga titulada de la Universidad del Valle de México, con especialidad en terapia Humanista y Gestalt, estudios que realicé en el Instituto Humanista de terapia Gestalt, además de haber terminado la maestría en hipnosis ericksoniana en el Centro Ericksoniano de México. He realizado otros estudios a nivel diplomado como: Programación nuero lingüística, tanatología y estudios de género, constelaciones familiares, terapia de grupo y terapia Yageriana, he dedicado la mayor parte de mi trayectoria profesional a la psicoterapia. Actualmente doy consulta en la zona oriente de la Ciudad de México y doy clase.
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